Sociedad y gobierno deben ir de la mano en contra de acciones desestabilizadoras en perjuicio de los ciudadanos, para salir adelante y es el momento de empezar a cobijar la Constitución Política del país, en un aniversario más y en su aproximación al Centenario de su promulgación, y rescatar el civismo que tanto se necesita, porque nadie podrá hacer nada sin el apoyo mutuo de gobernantes y gobernados.
Lo anterior fue manifestado por la Diputada María del Refugio Ruiz Moreno, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y quien también preside la Comisión de Protocolo del Comité para la Conmemoración del Centenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de la Particular del Estado de Jalisco, 1917-2017, luego de la conferencia “Constituciones Cristeras; un proyecto de Nación”, impartida por el Dr. Jesús Rodríguez Gurrola.
Agregó la legisladora, quien estuvo acompañada de la también Diputada Liliana Guadalupe Morones Vargas, luego de la narración de los principales contenidos de las dos constituciones formuladas en la lucha sangrienta que protagonizaron una parte de los mexicanos que se unieron al movimiento clerical en contra de las fuerzas militares del gobierno legalmente constituido, entre los años 1926-1929, que deben respetarse los poderes, sentirnos orgullosos de la Constitución y en los eventos conmemorativos es conveniente que participen los municipios.
Especialmente los ayuntamientos de la Zona Metropolitana para multiplicar el conocimiento de las normas constitucionales que rigen al país, para llegar a los niños, adolescentes y adultos, para saber reconocerlas y sentirnos orgullosos de ser mexicanos y jaliscienses; y coincidió en rescatar algunos archivos históricos sobre dichos temas, ya que están prácticamente destruidos y nadie se preocupa por ellos, como lo expresaron algunos asistentes a la conferencia.
El Dr. Rodríguez Gurrola, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara, catedrático en algunas universidades europeas, investigador e historiador, habló de las dos constituciones cristeras, la llamada de Lombardo y la de Huejuquilla, con las ideas de cambiar el sistema de gobierno, terminar con la Reforma Agraria en beneficio de los terratenientes, y también con los derechos obreros,
La jerarquía católica estaba en contra del derecho a la educación y su carácter laico y en algunos estados de la República, Jalisco, entre ellos, se daba a la tarea de buscar que el Vaticano les autorizara emprender la lucha armada, para seguir con sus privilegios, como la administración de sus bienes e iglesias y emprender la lucha contra quienes se opusieran, es decir, disposiciones más crueles que las afrontadas en el mandato de Porfirio Díaz.
La primera constitución cristera, también identificada como la de Lombardo, fue firmada en las montañas de Jalisco y Michoacán, el primero de enero de 1928, en donde se hace el pronunciamiento contra los principios constitucionales de 1917. La segunda, del cinco de julio del mismo año, se hizo llamar “de los cristeros de Norte de Jalisco”, también llamada “ordenanza”, porque se originó en Huejuquilla El Alto, de la Zona Norte, y en la que igualmente se contravienen las disposiciones constitucionales del país, que afortunadamente no prosperaron.
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