La ansiedad, el miedo, la deserción escolar, la depresión y los suicidios, son lamentablemente algunos de los hechos que se repiten en Jalisco y en todo México, derivado de una falta de atención preventiva a la salud emocional de niñas, niños y adolescentes, misma que se debe fortalecer desde la educación básica.
Lo anterior fue manifestado, en rueda de prensa, por la diputada Lourdes Celenia Contreras González, al anunciar que presentará una iniciativa ante el Pleno del Congreso, denominada "Inteligencia Emocional en la Niñez", la cual propone reformar la fracción IX al artículo 14 de la Ley de Educación del Estado de Jalisco, donde se estipulan los criterios de educación, con la finalidad de incorporar la inteligencia emocional como principio de formación para el desarrollo de habilidades que les permitan favorecer el autocuidado, alcanzar su bienestar y contribuir al desarrollo social.
También se propone reformar la fracción XVII y adicionar la fracción XVIII al artículo 42 de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Jalisco, para fomentar la inteligencia emocional de forma individual y colectiva, que propicie la sana convivencia social.
La legisladora Contreras González afirmó que es importante impulsar su iniciativa de reformas, porque es necesario "que nuestra entidad pueda velar por la salud integral de nuestras niñas y niños, no sólo física, bajo las circunstancias post pandemia, es necesario privilegiar de la misma manera la salud emocional, porque en Jalisco queremos que sea el mejor Estado para nacer, crecer y vivir".
Agregó que actualmente se cuenta con una población de dos millones 327 mil estudiantes: "es verdad que uno de los principios de la educación en México es sociocultural. Sin embargo, es necesario que sea orientada hacia la inteligencia emocional, es decir, hacia el desarrollo de las habilidades y capacidades para poder controlar, adaptar y modificar nuestras emociones a distintas circunstancias".
Para finalizar, destacó que su iniciativa permitirá que la niñez aprenda a comunicarse mediante formas adecuadas de expresión emocional, aceptando este fundamento científico de la psicología, pedagogía e incluso la neurología, para tener una generación de niñas, niños y adolescentes con herramientas para alcanzar un éxito profesional, académico, social, pero sobre todo personal.
